Ricardo Peláez se encontrará con un viejo amor, el Necaxa

*Ricardo Peláez, ícono del futbol mexicano en los años noventa, por sus goles y forma de vivir el deporte de las patadas, disfrutó de sus mejores momentos en el Necaxa, que de acuerdo con los expertos fue considerado como el equipo de la década, gracias a su estilo de juego y títulos alcanzados.

ESTO

Con los Rayos, el actual Director Deportivo del Guadalajara vivió de todo. El inicio de su carrera en América no fue la mejor y tuvo que emigrar al entonces hermano menor de las Águilas, que si bien jugaba en el mismo estadio, compartía colores con el rival más odiado de los azulcremas, el rojiblanco.

A su llegada con los necaxistas, Ricardo no sabía que su carrera iba a dar el salto de calidad que necesitaba para llegar al Tricolor y, sobre todo, cumplir con el sueño de disputar una Copa Mundial.

Ricardo fue campeón juvenil con América en el polémico Prode 85, pero todo cambió en 1987 cuando arribó a los Rayos. Desde un inicio, a Peláez no le costó acostumbrarse. Figuras necaxistas de esa época, como Nicolás Navarro o Juan Hernández, lo arroparon hasta el punto de hacerlo titular. A partir de su reconocida calidad comenzó a entregar buenos números.

Los goles y los títulos llegaron. Fueron un total de 352 encuentros en los que el apodado Cabecita de Oro vistió la playera de los necaxistas, con 158 goles totales, lo que lo convirtió en el máximo goleador en la historia de los electricistas, incluso por encima de leyendas rojiblancas como Ivo Basay, Álex Aguinaga, el Ratón Zárate y Agustín Delgado.

Peláez consiguió títulos con los Rayos. Dos Ligas, una Copa y un Campeón de Campeones. Ese fue el saldo que entregó como palmarés, pero el recuerdo de un goleador letal y con un físico imponente que pudo ir a Europa, es el que vive en la mente de todos los aficionados al equipo, que ahora vive en Aguascalientes. Su buen paso lo retornó al escenario que significa América, pero Ricardo nunca fue el mismo que con Necaxa.

Al verlo como uno de los mejores delanteros, pese a la irregular temporada que tuvo en Coapa, el Guadalajara, con su mentalidad de puros mexicanos, no dudó en contactarlo para llevarlo a sus filas.

En 1998, el delantero se inscribió en la selecta lista de jugadores que pasaron de América al Guadalajara, la máxima rivalidad en el país, pero que, en cuestión de fichajes, llegaron a repartirse uno que otro mexicano.

Peláez arribó a la Perla Tapatía como un atacante consagrado, con dos años en su contrato y las ganas de sobresalir en su última etapa como futbolista. Los números no lo acompañaron. En aquel Rebaño Sagrado, que llegaba de ser campeón con las famosas Súper Chivas de Ricardo Ferretti, Peláez convivió con gente como Claudio Suárez, Héctor Castro, Benjamín Galindo, Paulo César Chávez, Alberto Coyote y Héctor del Ángel, un verdadero equipazo que se quedó siempre a la orilla del campeonato.

Peláez se retiró en el año 2000 con la playera del Guadalajara, pero siempre con un Rayo en su corazón. Ricardo nunca ha negado su agradecimiento con los Rayos. “Necaxa tiene una historia rica, jugó clásicos contra Atlante muchos años y yo viví una etapa bonita con logros deportivos y fue el equipo más destacado, y yo estoy agradecido y contento de enfrentarlos”, dijo previo a una semifinal, cuando él era directivo del América.

El sábado, Peláez será uno de los más seguidos por las cámaras, cuando enfrente a uno de sus mayores amores en lo deportivo, el Necaxa, pero defendiendo al equipo que le dio la oportunidad de continuar su carrera como hombre de pantalón largo, el Guadalajara.

VARIOS ACTUALES

La historia de Ricardo Peláez sobresale cuando de Guadalajara y Necaxa se habla, pero no fue el único que vistió ambas playeras. La calidad de los mexicanos que vistieron ambas camisetas sólo denota la capacidad que tenían en el terreno de juego.

En los actuales planteles, ambos tienen gente que representó al otro equipo. En el Rebaño Sagrado, Miguel Ponce, Alejandro Mayorga, Cristian Calderón y Jesús Angulo tuvieron su pasado como necaxistas, la mayoría con buenos recuerdos, pues los Rayos les ayudaron a dar el salto al equipo más popular del país.

Del lado aguascalentense, Alejandro Zendejas, Fernando González y Ángel Sepúlveda son los que, en algún momento de su carrera, defendieron el escudo del Guadalajara, aunque todos terminaron por salir gracias a los pocos o nulos minutos que vivieron en la Perla Tapatía.

PERO HAY MÁS

Uno de los jugadores campeón con ambas playeras fue José Manuel de la Torre. Chepo conquistó el trofeo de la temporada 1986-87 con los rojiblancos, pero fue parte del plantel de los electricistas que derrotó, precisamente a Chivas, en la final del Invierno 98.

Otro que igualó lo hecho por Peláez fue Manuel Sol. El volante, de buen toque, fue Bicampeón de Liga, Campeón de Copa y Campeón de Campeones con los Rayos, pero también se colgó el título de monarca en el Apertura 2006 con el Rebaño.

Carlos Hermosillo fue otro que portó las dos rojiblancas. Aunque el Grandote de Cerro Azul sólo pudo levantar un trofeo con los necaxistas, en el Invierno 98.

El caso de Diego Martínez fue diferente al de Hermosillo. El lateral no pudo triunfar con los Rayos, pero se coronó en el Apertura 2006 como tapatío.

Luis Pérez, Alejandro Vela, Xavier Báez, Miguel Acosta, Alonso Sanoval, Álvaro Ortiz, Missael Espinoza, Everaldo Begines, Carlos Ochoa y Pedro Pineda son otros de los jugadores que se pusieron ambas remeras.

JUGADORES QUE VISTIERON LAS ROJIBLANCAS

PORTERO: Conrado Pulido.

DEFENSAS: José Luis Montes de Oca, Miguel Ponce, Diego Martínez, Miguel Acosta, Alexis Peña, Mario de Luna, Alejandro Mayorga, Cristian Calderón.

VOLANTES: Carlos Iturralde, Jaime Ordiales, José Manuel de la Torre, Manuel Sol, Álvaro Ortiz, Alonso Sandoval, Luis Ernesto Pérez, Xavier Báez, Jesús Angulo, Alejandro Zendejas, Fernando González, Dieter Villapando.

DELANTEROS: Raúl Paredes, Armando González, Carlos Hermosillo, Pedro Pineda, Missael Espinoza, Ricardo Peláez, Everaldo Begines, Carlos Ochoa, Alejandro Vela, Ángel Sepúlveda.

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