Esconde Oaxaca a 300 indigentes en sus calles

NVI Noticias

Su mirada, casi siempre, la dirige hacia sus pies. Piensa en algo, viaja a algún lugar. No observa a los centenares de personas que transitan a su lado, ignora las expresiones de amargura y desagrado de los rostros de la gente al mirarlo. Él carece de hogar y si lo tiene, no sabe en dónde está. Indaga en los contenedores de basura día a día, busca restos de comida o de bebidas. En las noches, la cantera fría, piedra dura, le espera para dormir.

En el centro capitalino, según la Coordinación Estatal de Protección Civil del Estado de Oaxaca, se cuentan hasta 300 personas sin hogar.

40% de los oaxaqueños vive por debajo de la línea de bienestar mínima
31.4% carece de seguridad alimentaria
1 millón 87 mil oaxaqueños experimentan pobreza extrema
1 millón 268 mil no tienen qué llevarse a la boca

 

Sin políticas eficientes, sector olvidado

Isabel Díaz Estrada, abogada de profesión y activista defensora de derechos humanos en la entidad, asegura que se carece de un programa oficial para brindar atención a personas indigentes, tampoco hay un albergue en donde las personas en situación de indigencia puedan recibir alimentos, comida o atención médica por parte de alguna instancia gubernamental.

“Los gobiernos los ven como algo común, que ocurre en todos lados, y la ciudadanía lo ve como algo desagradable. La realidad es que se trata de una problemática social que involucra a todos los sectores. Nos enfrentamos a una adversidad de pobreza y de marginación, de falta de humanidad y un grave deterioro de la salud tanto individual como social.

La coordinadora de la organización Manuel Crescencio Rejón da fe de que en Oaxaca no se ha sabido hacer frente a esta problemática porque, en primer lugar, detalla, las autoridades no han podido aterrizar verdaderas estrategias para ello.

Son personas, son humanos

“No se trata de abrir un albergue y va, que ahí llegue  y coman y duerman, como hacen la mayoría de los Estados; se debe comprender que cada persona sin hogar es, valga la redundancia, un ser humano. No está en ese estado porque así lo haya querido sino que la mayoría de las veces esta situación viene acompañada de una enfermedad mental, o un problema de adicción. Y también, hay que mencionar, en diversos casos la misma situación de vivir en las calles agrava un problema psicológico que en circunstancias más favorables se hubiese podido atender y resolver”

Tapar el sol con un dedo

María de la Luz tiene 51 años de edad, su vivienda la construye a donde quiera que va con pedazos de cartón. Hasta noviembre del año pasado, María dormía frente al Edificio Central de la Facultad de Derecho y hoy intenta sobrevivir en las riberas del Río Atoyac, por la Central de Abastos.

“A todos nos movieron para acá. Nada más les importa (a las autoridades) lo que diga la gente que viene de otros estados, no les importa ayudarnos. Yo mucho tiempo he pedido ayuda porque estoy con mi niño pero solo quieren dar una bonita imagen para los turistas cuando no es así la cosa”.

Aunque desde diciembre la mayoría de los indigentes fueron trasladados en la Central de Abastos, muchos de ellos avanzaron desde febrero, poco a poco, de vuelta al centro histórico capitalino. “Cuando no son épocas altas los ves aquí en las jardineras y en pleno andador, ahorita los corrieron por lo de Semana Santa pero después van a regresar” menciona Doña Cecilia, quién tiene atiende un comercio en inmediaciones del Jardín Labastida.

“Eso es lo que sucede. Ahí está claramente lo que le falta a los Gobiernos. Son insensibles, son inhumanos, lejos de buscar atender a las personas que no tienen hogar y están pasando por problemas de salud, buscan tapar el sol con un dedo, es triste lo que pasa pero es una realidad”, menciona Díaz Estrada.

Pobreza, raíz de todo mal

Cabe mencionar que la proliferación de personas en situación de calle ponen en la mesa muchos problemas que desde hace décadas aquejan a Oaxaca, como son la pobreza, la falta de empleos, la baja calidad educativa y los carentes servicios de salud.

“Si analizamos más allá podríamos relacionar que en un Estado tan pobre, en donde no hay oportunidad para que los niños y adolescentes accedan a una educación de calidad pone en riesgo a los mismos, volviéndose víctimas dóciles de adicciones y de violencia que al final de cuentas los orilla a romper su núcleo familiar”, refiere la activista.

Oaxaca ocupa el segundo lugar del país en pobreza extrema y población marginada. También se ubica en el tercer lugar con la menor calidad educativa y el 16 por ciento de su población total no tiene garantizado su acceso a la salud, todo ello, según cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. (Coneval).

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *