¿Es el fin de la amistad? Tanto México como Estados Unidos saldrán perdiendo en esta confrontación

*El potencial distanciamiento amenaza con deshacer décadas de cooperación entre los dos países vecinos, que han hecho tanto por superar una larga historia de desconfianza.

Univision

El desacuerdo diplomático entre México y Estados Unidos sobre quién pagará el muro fronterizo del presidente Donald Trump amenaza con ponerle fin a una de las relaciones más estables e importantes que Washington ha disfrutado en América Latina.

La abrupta cancelación ocurrida el jueves de la visita prevista del presidente de México, Enrique Peña Nieto, a Estados Unidos amenaza con provocar mayor incertidumbre sobre el destino del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que ha servido como un eje económico estable entre ambos vecinos desde 1994.

El potencial distanciamiento amenaza con deshacer décadas de cooperación entre los dos países vecinos que han hecho tanto por superar una larga historia de desconfianza. «Ha habido una constante profundización de las relaciones de trabajo en los últimos 25 años, con disputas ocasionales», dijo Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, un grupo de estudio de Washington.

«Había el entendimiento de que hay demasiado en juego como para no tener ese nivel de cooperación. Ahora ese entendimiento parece estar siendo cuestionado desde este lado de la frontera», agregó.

etió a gritos a renegociar el TLCAN, argumentando que en su forma actual es demasiado unilateral en favor de México, citando un déficit comercial de 60,000 millones de dólares.

Funcionarios estadounidenses y mexicanos comenzaron las conversaciones sobre el futuro del TLCAN el miércoles, y Peña Nieto y Trump debían reunirse la próxima semana en lo que parecía ser una muestra de la voluntad de llegar a un acuerdo amistoso.

Pero todo comenzó a desmoronarse el miércoles en la tarde cuando Trump anunció la ampliación del muro fronterizo existente como parte de su política para reducir la inmigración ilegal. En comentarios a los medios de comunicación culpó a los inmigrantes mexicanos de quitarles los empleos a los estadounidenses, así como de crear inseguridad en las calles de las ciudades estadounidenses.

Repitió su insistencia de que México pagaría el muro, aunque no especificó cómo.

Peña Nieto respondió el miércoles por la tarde repitiendo su propia postura de que no había forma de que México pagara el muro.

El jueves por la mañana, Trump envió un tuit en el que hacía parecer que le había retirado la invitación al presidente mexicano. «Si México no está dispuesto a pagar el tan necesario muro, entonces sería mejor cancelar la próxima reunión», escribió.

Historia de la frontera

Las relaciones entre México y Estados Unidos han sido tensas desde el nacimiento de ambos países. México perdió más de la mitad de su territorio ante Estados Unidos como resultado de la intervención estadounidense en México de 1846 a 1848, y Estados Unidos, de manera notoria, se entrometió en los asuntos de México durante las décadas posteriores. Pero las relaciones habían mejorado notablemente después de la firma del TLCAN.

Ahora, Trump parece empeñado en redefinir los intereses mundiales de Estados Unidos, sin importar el daño que podría causar a su vecino del sur, escribió el historiador mexicano Lorenzo Meyer , en el diario mexicano Reforma, el jueves.

Se estaba quitando el «velo» de la interdependencia en las relaciones entre Estados Unidos y México y a México sólo le quedaba «que minimice el daño», escribió, y quizás «disminuir su enorme dependencia del vecino del norte y recuperar algo de su independencia… y dignidad».

En el peor de los casos, si las relaciones entre México y Estados Unidos se descarrilaran, las consecuencias podrían ser alarmantes para la administración Trump. «La seguridad fronteriza se derrumbaría. También podríamos tener una recesión económica en México y más mexicanos y centroamericanos entrando por la frontera», dijo Shifter.

La cooperación policial y judicial enormemente mejorada, así como el intercambio de información de inteligencia con México en la guerra contra las drogas, «necesitan comunicárseles mejor a nuestro presidente», añadió Maureen Meyer, analista para México de la Oficina de Washington para América Latina. «Lo último que querría Estados Unidos es crear una crisis económica en su vecino del sur», añadió.

Nacionalismo

Trump ha puesto a Peña Nieto en un aprieto, según los expertos. Por un lado, está bajo presión para defender el orgullo nacional mexicano, mientras que al mismo tiempo está consciente de los riesgos económicos de un enfrentamiento con Washington.

«El terreno político ha cambiado en México. Ya no es políticamente popular levantarse y decir ‘caramba, debemos tener una relación estrecha con Estados Unidos'», dijo Eric Olsen, un experto en América Latina del Woodrow Wilson Center, en Washington.

Tras décadas de relativamente buenas relaciones entre los dos vecinos, Trump ha atizado las viejas enemistades. Los mexicanos detestan principalmente su odiosa retórica de campaña, tachando a los inmigrantes mexicanos de violadores y criminales, así como sus vituperios contra el TLCAN.

«Por lo tanto (Peña Nieto) está siendo empujado en esa dirección. A demostrar firmeza, a demostrar autoestima, a defender el honor nacional de México», añadió Olsen.

A pesar de ser profundamente impopular a nivel doméstico, muchos de los críticos de Peña Nieto se unieron en su defensa el jueves.

El expresidente mexicano Vicente Fox dijo en Twitter que Trump «no debe meterse con México». Y añadió: «Te ganamos la partida, maestro», agregó Fox después de que Peña Nieto canceló la visita. «Tuviste que echarte para atrás».

Y los críticos de Trump no tardaron en reaccionar. «Sencillamente, cualquier propuesta política que eleve los costos de la Corona, el tequila, o las margaritas es una idea terriblemente mala. Muy triste», escribió en Twitter la senadora republicana por Carolina del Sur Lindsay Graham.

Lazos económicos

Dejando el nacionalismo a un lado, «hay un elemento práctico aquí», subrayó Olsen, «el sustento de la gente depende de la relación con EEUU (y) México depende de Estados Unidos para su seguridad».

Estados Unidos es el mayor mercado de exportación de México (77.6%) y Estados Unidos suministra el 50% de las importaciones mexicanas, según datos oficiales.

Si fueran un país, los 10 estados a ambos lados de la frontera serían la cuarta economía más grande del mundo.

El comercio entre México y los Estados Unidos ha venido creciendo anualmente a un promedio de más del 11%.

«Peña Nieto y sus asesores entienden la importancia de las relaciones entre México y Estados Unidos y sabemos que las propuestas de Trump podría causar estragos en la economía y la política mexicanas, ya de por sí turbulentas», según Peter Hakim, alto miembro quien fue el presidente anterior de Diálogo Interamericano.

«También saben que un enfrentamiento con Trump, no importa cuán atractivo sea para muchos mexicanos, sería peor», escribió en un análisis de las relaciones entre Estados Unidos y México el mes pasado para el Latin America Advisor.

También hay buenos, aunque no muy bien comprendidos, motivos económicos para que Estados Unidos evite una confrontación.

México es el tercer mayor socio comercial de Estados Unidos (representa el 13% de las exportaciones e importaciones), generando de forma directa casi 1.2 millones de empleos en Estados Unidos, superado sólo por Canadá, según la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos.

México también se ha convertido en un aliado en los últimos años en el control de una oleada migratoria de los países centroamericanos asolados por pandillas, especialmente Honduras y El Salvador.

Para evitar el conflicto, el gobierno mexicano probablemente tendrá que tomar algunas medidas impopulares para responder a sus exigencias, aunque quizás ganará algunas concesiones a cambio», añadió Hakim, sugiriendo iniciativas conjuntas para frenar la migración, incluso quizás algunos costos compartidos en la construcción de barreras físicas en algunos sitios de la frontera.

«Van a tener que encontrar un punto intermedio», dijo Olsen. «Pero dudo que sea ‘bueno… nosotros vamos a pagar el muro’. No creo que eso suceda», añadió, sugiriendo que era más probable que Trump tratara de recuperar los costos a través de impuestos indirectos.

«Yo no veo ninguna forma desde un punto de vista político en que Peña Nieto podría estar de acuerdo en pagar el muro. Sería un suicidio político», agregó.

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