*El rescate del bosque permite preservar especies en peligro de extinción, así como flora y fauna; sobre todo, dejar de ser depredadores para volverse espectadores del milagro de la naturaleza
El imparcial
Comuneros del municipio de Santa María Tonameca, unieron esfuerzos para rescatar la laguna de La Ventanilla, tras el paso de los devastadores huracanes Carlota y Paulina.
Apuntaron que de los manglares depende que la zona no se convierta una cloaca, minimizar los daños de huracanas y sobre todo, mantener vivo el espectáculo natural que atrae a los turistas.
Señalaron que desde hace varios años comenzaron iniciativas de conservación. El pueblo, que anteriormente basaba su economía en la venta de piel de cocodrilo y huevos de tortuga, haciendo un comercio excesivo, ahora la sigue cimentando en estas especies, pero cambiando de giro al recibir a los turistas a que contemplen estas maravillas de la naturaleza.
Llegaron a la conclusión que de esta manera todos ganan: las tortugas llegan a desovar cada año, los cocodrilos pueden seguir viviendo libres, los turistas pueden venir a aprender de ellos y los locales mantienen la economía del lugar.
La reforestación
En 1997 el huracán Paulina tocó tierras oaxaqueñas, destruyendo todo a su paso, una gran cantidad de bosque de manglar fue afectado de manera alarmante, por lo que en comunidades como Ventanilla, localidad perteneciente al municipio de Santa María Tonameca y Cerro Hermoso en San Pedro Tututepec, surgió la preocupación de recuperar el manglar que había sido arrasado más tarde en el 2004 llegó el huracán Carlota a agraviar la situación.
Por huracanes y demás fenómenos naturales en nuestro país se pierde anualmente entre el uno y el 2.5 por ciento de la superficie existente de manglar, que según los datos más recientes, alcanza 655 mil 667 hectáreas (Conabio, 2008).
Actualmente en éstas se han sumado esfuerzos generando proyectos de reforestación con financiamientos institucionales y se ha permitido acrecentar el conocimiento local sobre la importancia de los manglares.
El hábitat
Cuando se habla de manglares se piensa inmediatamente en estos árboles con espesa ramada debajo del agua que habitan en territorios costeros, específicamente en las zonas estuarinas, el mangle, el cual crece de forma natural en las regiones tropicales.
Un estuario es el accidente geográfico que se genera cuando el agua dulce se mezcla con el agua salada debido a las mareas, es ahí donde habitan los manglares.
El manglar es un hábitat o área biótica, en la cual habita gran número de especies, como aves, reptiles, moluscos, peces, crustáceos y algunos mamíferos.
Su nombre proviene de la especie de árboles que los conforma, el vocablo mangle de donde se origina mangrove (dicho en alemán, francés e inglés) originalmente proviene del guaraní y significa árbol retorcido, dependiendo de las condiciones de cada lugar, llegan a medir hasta 40 metros de altitud y más de un metro de diámetro.
Gracias a su tolerancia a la sal, ocupan zonas intermareales proporcionando una protección natural contra catástrofes naturales, huracanes, trombas, maremotos, vientos fuertes y otras.
Los manglares tienen características acuáticas y terrestres y poseen fondos blandos, en el estado de Oaxaca podemos encontrarlos en lagunas, esteros, playas, bocabarras y ríos.
Debido a su función como filtros biológicos se les ha llegado a considerar «los riñones del planeta», ya que retienen el exceso de nutrientes, agroquímicos e incluso hidrocarburos que traen las aguas continentales.
Variada especie
A lo largo de la costa oaxaqueña se encuentran cuatro de las seis especies que habitan en el país, el mangle rojo (rhizophora mangle), mangle blanco (lagunculariaracemosa), mangle negro (avicenniagerminans) y mangle botoncillo (Conocarpus erectus).
El mangle rojo también conocido como mangle colorado o mangle candelón se encuentra generalmente en sitios en los que siempre hay agua, como pueden ser las lagunas de Chacahua y La Ventanilla.
Se caracteriza por sus raíces aéreas, las cuales cuelgan y se sumergen en el agua, sus flores son amarillas y grandes, en comparación las que dan las otras especies de mangle.
El mangle blanco generalmente crece junto al mangle rojo, cohabitando en el mismo bioma, éste, a diferencia del rojo, no tiene raíces colgantes, sino que nacen de la base del tronco y se distinguen por sus troncos rectos y largos.
Ambas especies son hogar de especies como el camarón, cangrejo, peces, cocodrilos, iguanas, insectos, oso hormiguero, tejón y mapache, así como aves que utilizan su follaje como refugio en temporada de anidación.
Las abejas prefieren el mangle negro para construir sus colmenas, debido a que es un árbol melífero, el sistema de crecimiento de raíz en esta especie también es diferente, ya que éstas emergen del suelo, la flor que da es blanca y pequeña.
Es el mangle botoncillo, la especie que tiene más diferencias a las otras, ya que éste puede sobrevivir en lugares con condiciones de poca agua, inclusive es usual verlo crecer en la playa, en la costa oaxaqueña se le conoce también como estacahuite macho, dándole siendo el nombre de una de las playas más bellas que se encuentra en Puerto Ángel.
Rescatan paisajes
Hasta hace algunos años, Ventanilla, estaba rodeada de los imponentes árboles de más de 35 metros de altura. Sin embargo, los huracanes cambiaron radicalmente el paisaje.
Los pobladores se han dedicado cuerpo y alma a cuidar este frágil ecosistema, dedicando sus esfuerzos a la reforestación y el mantenimiento.
Biólogos de México y del mundo han acudido a investigar y convivir con los pobladores. Ventanilla ofrece a los visitantes una oportunidad de explorar las diferencias de cada estación-
Actualmente, la transformación de cazadores a defensores del hábitat natural, permite que los visitantes puedan disfrutar del milagro genuino de la naturaleza.